top of page

                                                ¿Qué hago

 yo detrás de los ojos?

Rafael Cadenas

Zeinab suele impresionarse y conmoverse por igual ante la exuberancia de nuestras riquezas naturales, como frente a la maraña de insólitas vicisitudes entre las que solemos desenvolvernos los venezolanos en general, y los caraqueños en particular. Más aún, ante una nube, una bolsa, una montaña, una sandalia, una hormiga, un juguete, una gota, un paraguas, un pájaro, un buhonero, etc., su actitud vital es asombrarse: condición estratégica imprescindible de quien, como ella, ha asumido hasta las últimas consecuencias la vocación de artista.

 

Pero también, ella es consciente de que el arte trasciende la primera impresión, al poseer un contenido que debe ser captado. Sabe que no basta con admirar y registrar sin más la pugna entre nosotros y las maravillas naturales de esta “Tierra de Gracia” que nos acoge, sin que seamos responsables de su existencia, pues en realidad, la belleza natural es independiente de la voluntad humana, externa al pensamiento, allende nuestros juicios, y su manifestación no presupone concepto alguno de lo que debería ser; mientras que en arte, la belleza es interna a la obra (1), producto del intelecto: a diferencia del cielo, las aceras, los vehículos o las flores, las obras artísticas implican un pretexto para el juicio reflexivo y no una simple representación de “la realidad” que protagonizamos. Por ello, ante el estimulo, Zeinab reacciona, asume una postura, opina, actúa e interviene con aguda intuición, vinculando con audacia los motivos que le atraen, mediante asociaciones cuyos resultados evidencian las sutilezas de su sensibilidad. Así, el objeto percibido estéticamente es cualitativamente diferente de la cosa detectada objetualmente.

 

Revisando su trabajo, hemos visto cómo muchos aspectos y situaciones de la calle han devenido en objetos artísticos, mediante una respuesta subjetiva y psíquica profundamente personal, que suele mostrárnosla manipulando lo existente para darle otra forma y significado: La realidad no es sorprendente, sino que hay un momento en que nos lo parece (2), precisamente gracias a la intervención artística.

Respecto a lo que insiste en afianzar como hilo conductor de su investigación, al tenaz esfuerzo por conjugar belleza y crítica se une su capacidad para concebir ideas que transmutan lo prosaico. Porque no hay un más allá de la realidad ni una estética que no emerja en primera instancia de lo cotidiano, para ella, sumergirse en lo habitual implica dejarse atraer, mirar lo que nos rodea como motivo permanente para suscitar la chispa de algo hermoso, como reto para identificar la belleza posible (y necesaria) en aquello que, muchas veces reconocido con indignación, hemos devenido. Además, su condición binacional le otorga la ventaja de negociar con nuestra cotidianidad con proximidad y lejanía; y también es muy interesante comprobar que haya logrado filtrar lo público como algo íntimo.

 

Sensibles y racionales, poéticas y políticas, las cualidades estéticas de los trabajos agrupados en estas páginas son inseparables de su contenido reflexivo. Apreciamos estas obras, conscientes de que su belleza no es un fin, sino sólo el señuelo empleado por Zeinab para atraernos e invitarnos a mirar más allá; y nos sorprenden por su capacidad para surgir y, a la vez, ocupar un lugar propio junto a lo habitual: Ante la sacralidad de la vida y del ser humano, ante las maravillas del universo (pero también de lo más familiar, cotidiano e incluso banal de nuestro entorno), la única actitud apropiada es el asombro (3).

 

Para Zeinab, el arte y la vida no son lo mismo, pero ella lucha por convertirlos en algo unitario dentro de sí.

 

Raul Rojas Rosas

Caracas, Abril de 2016

 

1 Arthur C. Danto, El abuso de la belleza. La estética y el concepto de arte. Paidós Estética, 2005, p. 106
2 Gabriel Orozco, Conferencia, en Texto sobre la obra de Gabriel Orozco, Coedición CONACULTA/Turner, 2005, p. 186

3 Juan Pablo II, Carta del Santo Padre Juan Pablo II a los artistas, en:

http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/letters/1999/documents/hf_jp-ii_let_23041999_artists.html

CONTENIDO:

con una Hoja tengo al Arbol - 001 FONDO
bottom of page